Yo creía en el destino en la separación de caminos que se vuelven a unir.
Y por creer, creía en ti. Imagínate lo estúpida que era.
Llegaste con tu "yo no soy como los demás" y con esa rutina de despertarme todos los días con esa expresión tan tuya.
De repente las noches se convirtieron en un espectáculo de percusión. Y mi único miedo era despertar a los vecinos con tantos... latidos.
Me acostumbré a tenerte cerca. Y ahora parece que el centro de Madrid ha hecho una compra masiva de tu colonia. Y estás en todas partes. Conozco el camino hasta tu cama como la palma de mi mano. (como te conocía a ti). Y podria llegar con los ojos cerrados si aún sigue mi lado.
No lo sabrás pero siempre que te esperaba en el metro miraba hacia abajo para que no notases cómo sonreía mientras llegabas. Y luego llegaron los malos momentos y el orgullo y el —"no te quiero ver" Pero, oye pásate por aquí algún día y sin rencores.
Y si te cansas de perder el tiempo llámame al telefonillo. Bajaré corriendo pero por las escaleras, para hacerme de rogar.
Por revivir el fuego no te preocupes. Tengo cenizas suficientes para dos. Fuimos un gran incendio sabes.
Madrid es abrir una agenda del colegio de hace seis años. Cada página nueva que lees y vas pasando te sorprende más. Y te va atrapando. Y cuando acabas de leerla y de verdad crees conocerla ves algo nuevo en una esquina. Y te emociona. Madrid es como... Madrid son palabras cortas y largas que se crean que enamoran desde poetas en Malasaña.
Y por eso escribo sobre otras. Y por eso sobre ella no escribo. El listón está alto que incluso dicen que nace en el kilómetro cero y llega al cielo.
Esta es una buena hora para dar vueltas por la cama.
Sola.
Acompañada.
Lo dejo a tu elección.
Esta es una buena hora para escribir. A nadie. A todo el mundo. Nunca es malo hacerlo.
Esta es una buena hora para hablar. Sola. Acompaña... Bueno. Mejor sola que mal acompañada. (Dicen)
(Mi parte favorita de escribir es leer. Es contrario. Pero en la entonación es donde se encuentran las dobles direcciones de las palabras. Ya sabes... Palabras. Como coches en Gran Vía. Doble dirección. Y si me apuras... Brillantes.