sábado, 30 de marzo de 2013

006


Yo creía en el destino
en la separación de caminos
que se vuelven a unir.

Y por creer, creía en ti.
Imagínate lo estúpida que era.

Llegaste con tu
"yo no soy como los demás"
y con esa rutina
de despertarme todos los días
con esa expresión tan
tuya.

De repente
las noches se convirtieron en un espectáculo
de percusión.
Y mi único miedo era despertar a los vecinos
con tantos...
latidos.

Me acostumbré a tenerte 
cerca.
Y ahora parece que el centro de Madrid
ha hecho una compra masiva
de tu colonia.
Y estás en todas partes.

Conozco el camino hasta tu cama
como la palma de mi mano. 
(como te conocía a ti).
Y podria llegar
con los ojos cerrados
si aún sigue mi lado.

No lo sabrás pero
siempre que te esperaba en el metro
miraba hacia abajo
para que no notases cómo sonreía 
mientras llegabas.
    
Y luego llegaron
los malos momentos
y el orgullo
y el
"no te quiero ver"
Pero, oye
pásate por aquí 
algún día
y sin rencores.

Y si te cansas de
perder el tiempo
llámame al telefonillo.
Bajaré corriendo pero
por las escaleras,
para hacerme de rogar.

Por revivir el fuego
no te preocupes.
Tengo cenizas suficientes
para dos.
Fuimos un gran incendio
sabes.  

Y fin.
vv 

No hay comentarios:

Publicar un comentario